Hay una convicción de que hacer “dietas” significa pasar hambre y privarte de todo lo que te gusta. No tiene por qué ser así, lo primero porque no vamos a ponernos a dieta, sino que vamos a aprender hábitos saludables, si empezamos por quitar de nuestra cabeza la palabra dieta, veremos la alimentación de otra manera.

La gente piensa que llevar una alimentación sana y equilibrada es solo comer verdura y fruta, pero realmente es mucho más que eso, podemos llevar una alimentación saludable si pones ganas y entusiasmo, si hacemos las cosas queriendo, convenciéndonos de que es por salud y no por algo físico (aunque es por lo que mucha gente empieza a cuidarse). Por eso intento cambiar ese concepto a la gente, hacer ver que una buena alimentación no es solo un físico, va mucho más allá; tener más energía, más vitalidad, buen humor, tener un buen estado de salud, prevenir o mejorar enfermedades, etc…

 

La gran mayoría de las veces comemos con la vista, nos atraen las texturas, por eso en nuestra mano está hacer una alimentación atractiva, que nos llame la atención y no nos resulte aburrido comer siempre lo mismo. Se puede hacer con un mismo alimento variedad de recetas que sean sanas, ricas y nutritivas.

Una cosa que no me gusta utilizar es la palabra “prohibición”, porque cuando prohibimos algo nos apetece más y estamos constantemente pensando en eso que nos han prohibido y sino como ejemplo pensemos en los niñ@s, qué sucede cuando les decimos no hagas esto o no toques aquello…. Que lo acaban haciendo porque la prohibición genera tentación.

«Que el alimento sea tu medicina y la medicina tu alimento»

Hipócrates

 

La calidad de nuestra alimentación esta ligada a la calidad de nuestra salud y nuestras vidas. Desde los últimos años, debido a la modernización de la agricultura y a los alimentos procesados, nuestra alimentación se ha ido modificando, se ha ido alejando de una comida tradicional y natural a una comida con prisas y procesada.

Solo tenemos que mirar atrás y pensar en nuestros antepasados, su forma de comer estaba basada en cereales integrales, frutos secos, verduras y frutas de estación y los animales eran criados de forma natural.

 

 

Además de comer a través de lo sensorial (aspecto, color, …), mucha gente sigue una alimentación para obtener una satisfacción emocional, es lo que se conoce como hambre emocional. Éste hambre no es real, para apagarlo hay que buscar en tu interior, las personas que comen impulsivamente, con ansiedad, suele ser para satisfacer algo, pero hay que pararse a pensar, ¿realmente has quedado satisfecho/a? La respuesta siempre es no, encima, después de comer así se sienten culpables porque el tipo de alimentos elegidos son; snacks, pastelitos, bombones, helado, procesados…

Siempre tienen una excusa; no tengo tiempo para cocinar, no puedo ir a comprar, es que cocinar solo para mí, no sé hacerlo, llego con mucha hambre y solo me apetece comer por lo que cojo algo rápido……. son sólo excusas.

Nuestro cuerpo emocional no tiene sistema digestivo, ni dientes, así que no es necesario darle esa comida física, no la necesita, es una forma de tapadera, de auto-engaño momentáneo para no sentir y evadirnos de nuestra realidad.

 

El alimento ideal para nuestro cuerpo emocional son pensamientos positivos, generar emociones de estabilidad, alegría, tranquilidad, …

 

Un cambio nunca es fácil, no tiene que ser una meta a corto plazo, aprender a comer es algo que nos va a llevar tiempo, tenemos otras costumbres que hay que ir cambiando poco a poco, dar pequeños pasos, eso te irá acercando a la meta, pero si nunca empiezas, si sólo pones excusas, nunca se producirá ese cambio.

 

Tú eres quien tiene que querer, en tus manos esta empezar el cambio, yo te doy las herramientas.

 

POSTED BY taniacastillo | Nov, 11, 2019 |

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